Un día me decidí, esta bien que si lo cambiaba iba a perder gran parte de mi alma: no iba a tener más la linterna, el jueguito de la viborita y el ringtone de “hola Susana, te estamos llamando, queremos jugar”; pero me habían ofrecido un nuevo modelo que tenía una agenda para 4000 contactos (la agenda del nokia me quedaba chica con todos los números del club de fans de Mostaza Merlo) y además este celular tenía tapita…
Me costó, pero me lo compré, domo dijo alguna vez la Mona Jiménez: “si no tenés un celular con tapita, no sos un verdadero cuartetero”.
Si bien tenía celular nuevo, estaba bastante amargado… no podía deducir como mierda bloquearle las teclas para que no me haga una llamada a Tanganica cuando lo tenía en el bolsillo. Lo busque en el manual… ahí tenía que decirlo, pero cuando agarre el manual noté que solo estaba en tailandés, francés, noruego y arameo.
Fui a inscribirme a un curso de acelerado de francés para aprender a bloquear mi maldito nuevo celular. Pero, lamentablemente no había más vacantes en el curso de francés, pero justo por unas de esas casualidades de la vida, en el curso de tailandés todavía había vacantes. Me anote y tras varias semanas de arduo estudio pude finalmente leer el manual. Busque la parte que decía como bloquear y desbloquear el teclado del celular y este decía: “si querés bloquear la teclas del celular, tenés que apretar #135743437*77*4216*6687219#.
Porque tan largo pensé yo, pero justo ahí en el manual encontré la respuesta, este decía: “si sos tan estúpido como para preguntarte porque es tan largo el código para bloquear las teclas, te tengo que informar que sos más pelotudo de lo que pensabas… flaco, tu celular tiene tapita, esto significa que es completamente al pedo bloquearle las teclas… no te preocupes no vas a hacer un llamado a la china mientras tocas la batería con tus piernas… lo cerrás y listo el pollo”
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