Era una noche de verano, una típica noche de verano: mucho calor, mucha televisión, mucho aburrimiento…
El suceso que afectaría radicalmente mi vida ya estaba de a poco desarrollándose en mi cuerpo… mientras yo estaba sentado pegado a la caja boba, comiendo una picadita; cuando empecé a sentir un leve entumecimiento en mi brazo izquierdo. No le preste atención por que estaba viendo el final de Arma mortal 3, pero ese entumecimiento pronto se transformo en rigidez y empezó a costarme respirar. Estaba solo en mi casa y era urgente llamar por ayuda … solo necesitaba agarrar el teléfono y marcar algunos números para que una ambulancia venga a socorrerme, cuando iba a estirar el brazo para agarrar el teléfono, recordé que era zurdo y por esas casualidades de la vida mi brazo izquierdo estaba duro como pan de antes de ayer y por otra puta casualidad tenía enyesado el brazo derecho, me lo había roto cuando me quise hacer el “loco” gatti y atajarle un penal a mi sobrinito (puta casualidad o pura causalidad…. Sobrinito hijo de mil puta).
Nada me quedaba por hacer, gritar por ayuda a esa hora era imposible, más si mis vecinos o estaban de vacaciones o no escuchaban un carajo (si vivía en un departamento poblado de viejos… ¿Y?), lo único que podía hacer era mirar el final de la película…. Era un maratón y tal vez llegaría a ver un poquito de Arma Mortal 4 (mi preferida).
Yo siempre sabía que por ser zurdo moriría más joven, lo dicen las estadísticas: los zurdos tienen un promedio de vida menor al de los diestros y al de las tortugas pero viven en promedio más que las revoluciones socialistas.
Las estadisticas no miente...
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